lunes, 10 de octubre de 2011

IV



Complot es el

sonido repetitivo y monótono

una red de la que no podemos escapar

el sueño se prolonga,

comienza con tenues sonidos que se pegan,

unos tras otros,

trazando tejidos,

de aquí el término “red”

una siembra brava de cosechar

los

tímpanos alertas

recibiendo señales

El trópico

tropo de opio que insiste

en repetir palabras,

que a veces,

solo a veces,

golpean la costa y se encojen de hombros al llegar al muelle

se destiñen,

pero insisten,

se chocan

zumban

titilan

tiritan

tiritas de algodón

revancha

un agujero negro que se… en la llanura

los pétalos de

vaya a saber uno

quiénes.

El ancho martillo la cascada

los truenos trenes que se marchan

y la carpeta azul en minifaldas

un eco de matices

gestos

mañas de un zorro viejo

este repetir eterno de sonidos



“Manzanas agrias”

envueltas en manteles de flores rojas

como una cuchara atravesando la casa

Así te nombra el viento cuando entra

leve

por los pliegues de las sábanas

Generalmente,

los sábados por la mañana

Golpea suave

como gotas de algodón

llovidas del cielo

o el rayo de luz

que encuentra un hueco

en la red impenetrable

(que llamamos persiana)

y te roza la piel

y como un infrarrojo inofensivo e ingenuo

devela la materia flotando

en la penumbra de la habitación

Millones de pelusas bailando libres

pero encerradas,

en una red mayor

(que llamamos oxigeno),

Nuestro ojo sólo ve una pequeña porción del universo que nos rodea

¿Las palabras no tienen esas limitaciones también?

El tiempo no nos revelará nada…

¿No nos dirá nada nuevo?